¿Cuándo vas a liberar a tus presos?

Foto por Odiabo

Estos días hablamos sobre los derechos humanos y estamos en contra de la guerra. Pero cuando se trata de nuestros presos y guerras personales, no nos gusta pensar en trato justo, paz o perdón.

¿Quiénes son tus presos?

Nuestros presos personales son aquellos que nos han ofendido. Contra quienes guardamos resentimientos por sus ofensas. Tal vez traicionaron nuestra confianza, fuimos tratados mal, o nuestros sentimientos heridos.

Puede pasar que la persona que nos ofendió no sabe que lo hizo. A veces se puede mal interpretar una situación o no enterarse de cuan heridos dejaron los sentimientos del otro.


Hay ofensas que le dan sentido de identidad a una persona. Le dan la posibilidad de culpar a otro por la forma en que son ellos mismos, o cómo les fue en la vida. 
Tal vez la pareja los traicionó, los padres lo trataron mal de niños, o fueron víctimas de un delito. Estas personas están tan consumidas por el dolor de haber sido traicionados o tratados con negligencia en el pasado... que hacen culpables a otros de su miseria actual. No toman la responsabilidad por cómo viven su vida en el presente


¿Durante cuánto tiempo más estás dispuesto a seguir ofendido? ¿días? ¿meses? ¿años? ¿toda tu vida? Nos aferramos a ese sentimiento de dolor. Desearíamos poder perdonar a esa persona y pensamos que se trata de que él o ella arregle las cuentas con nosotros.
Pero la verdad es que cuando guardamos rencor contra alguien, nos estamos encarcelando junto con ellos en nuestro resentimiento. Al aferrarnos a nuestro dolor nos estamos dañando a nosotros mismos. Por eso no se trata de que ellos pidan perdón, sino que necesitamos liberarnos a nosotros mismos.

El ex presidente Clinton le preguntó a Mandela:

-"Me pregunto lo que debió haber sentido hacia sus carceleros cuando estaba saliendo de esa prisión después de 27 años. ¿No estaba enojados con ellos?"
-"Sí, estaba enojado. Y un poco asustado. Después de todo, no había sido libre en mucho tiempo."
"Pero" -añadió Mandela - "cuando sentí brotar la ira dentro mío, me dí cuenta de que si continuaba odiándolos después de que me fuera por esa puerta, entonces ellos todavía me seguirían teniendo preso."- y con una sonrisa Mandela dijo: - "Yo quería ser libre, así que lo dejé ir."

El resentimiento aunque lo sentimos ahora en el presente, se basa siempre en los hechos del pasado. Puede ser que lo que nos ofendió sucedió hace un mes o hace 10 años. Pero el enojo que sentimos es muy real en el ahora. ¿Cómo lidiamos con personas y hechos del pasado para poder liberarnos del enojo que sentimos ahora?


Tiempo de liberarte de tu cárcel personal.

1-Perdonar no es lo mismo que olvidar: No vamos a sufrir algún tipo de amnesia y olvidar mágicamente el asunto. No quiere decir que a partir de ese día tenemos que fingir que todo va a estar bien como si nada hubiera pasado. No necesariamente hay que restituir la relación. Si esa persona perdió nuestra confianza, perdonarla no le garantiza que automaticamente todo vuelva a estar como antes.

La esposa que fue golpeada no tiene por qué volver con su marido. El hombre de negocios no tiene por qué volver a confiarle dinero a su socio que ha mal utilizado los fondos de la empresa.

Según la Real Academia Española, la palabras perdonar viene del prefijo latino per (pasar por encima de, adelante) y del verbo latino donāre (dar, regalo, donación). Por tanto, la palabra significa "Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa.". Es decir, se emite una amnistía para el culpable. Se le remite la falta y cesa la demanda de castigo.

Perdonar significa que ya no buscamos "justicia", venganza o restitución. Simplemente lo dejamos ir. Renunciamos a hacerle daño a esa persona (a devolverle mal por mal). Le concedemos el don de la compasión.

Podemos dar otra oportunidad para ganar nuestra confianza de vuelta o decidir que esa persona no nos ayuda a ser mejores, y la dejamos ir libremente.

Burai R. Spencer lo explica de esta forma:
"Perdonar no libera al ofensor de su responsabilidad por su acción, ni se convierte un mal en un bien." Perdonar significa "dejar de sentir resentimiento."
Y explica que la palabra resentimiento significa "sentir otra vez". Por eso perdonar es un acto voluntario de dejar de "sentir otra vez", dejar de revivir la ofensa y los sentimientos de dolor y enojo. No olvidamos lo que pasó, pero lo podemos recordar sin ira, sin dolor.

"(...)El perdón de que hablo no tiene nada que ver con ser bueno con el ofensor, o decirle que la cosa que hizo estuvo bien . Tiene que ver con ser bueno contigo mismo. Trata de darte cuenta que guardar rencor y resentimiento hace más daño a la así llamada víctima, y no castiga ni reforma al ofensor. Una analogía dice que negar el perdón es como guardar una brasa ardiente en la mano, esperando que pase el ofensor para que puedas echarla contra él. Quizás no pase, o sí pasará, pero ya has quemado la mano. "

2-Recordá que tenés una opción: No podés controlar lo que otros hacen, pero podés controlar lo que vos haces y pensás. Podés elegir seguir viviendo en dolor, enojo o miedo. O podés elegir dejar de verte como una víctima. Podés elegir perdonar o no hacerlo. Elegir liberarte de las circunstancias que están fuera de tu control. Podés elegir seguir viendo el lado bueno de las personas, volver a confiar, elegir cómo vas a vivir tu vida.

 3-Viví en el presente: la ofensa está en el pasado. Ya pasó. Sólo sigue ocurriendo en tu mente. Si seguís pensando en ella seguís reviviéndola como si te volviera a suceder, y esto es lo que te produce dolor, enojo e infelicidad.
Al darte cuenta de que lo sucedido sólo continua existiendo en tu mente, tenés la posibilidad de empezar a enfocarte en el presente. Decidir que lo "pasado pisado". Dejá de revivir el pasado y disfrutá de lo que te sucede en el presente.
Examináte y observá cómo tus pensamientos crean el enojo en tu mente. Al seguir combatiendo los enemigos de tu pasado, te estás castigando a vos mismo produciéndote más dolor innecesario.Si mantenés ese dolor y enojo sólo porque te negás a perdonar, te convertís en tu propio carcelero.

4-Sé compasivo: Pensá en que la otra persona tal vez actuó de acuerdo a lo que pensó era correcto o eso era lo mejor que podía hacer en ese momento. Tal vez no lo hizo a propósito o con mala intención. ¿Qué pudo haberle sucedido en el pasado para que hiciera lo que hizo? ¿Cómo se debió haber sentido después?

Sin compasión no puede haber perdón.

Sé compasivo con vos mismo. El primer paso es perdonarte a vos mismo por acumular tanto dolor por tanto tiempo. A veces esto no es fácil. Algunos hechos pueden haber marcado la forma en cómo te ves a vos mismo. Pero es necesario ser valiente, mirar hacia dentro y enfrentarse a esa ira y dolor que llevás por dentro.

"Perdonar es liberar a un prisionero y descubrir que el prisionero eras tú."                       Lewis B.Smedes
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